Introducción
El fin primordial de nuestra presencia en el entorno educativo como orientador o asesor de este centro, es conseguir el óptimo funcionamiento del centro, de sus órganos y estructuras organizativas, para la mejor atención a las necesidades del alumnado, del profesorado y la mayor calidad de gestión de nuestra institución. Esto será posible si abordamos nuestra tarea desde una perspectiva de trabajo colaborativo, que potencie la participación corresponsable del asesor con los diversos sectores de la comunidad educativa y fundamentalmente con los equipos y órganos responsables en la toma de decisiones de carácter psicopedagógico.
Nuestro objetivo es pues que el alumno aprenda y que el centro y el sistema escolar en su conjunto, con los agentes que en este interaccionan, se desarrolle. Nuestra propuesta es una propuesta de cambio. Una propuesta que supone el paso de una cultura docente individualista a una cultura de responsabilidad compartida. Esta idea exige llevar a la práctica de la orientación y el asesoramiento nuevos modelos de relación entre los profesionales de la educación además de una interpretación sistémica de las dificultades escolares, en la que concebimos ámbitos múltiples de intervención del asesoramiento fuertemente vinculados: individuo, entorno del aula, entorno del centro, entorno familiar, entorno social.
La intervención psicopedagógica, vista así, se caracteriza por la necesidad de modificar el contexto estableciendo una colaboración activa con los diversos agentes que tienen relevancia en las situaciones de demanda de asesoramiento. Nuestra actuación será por tanto mediadora, para conseguir representaciones compartidas de los problemas y necesidades detectadas ya que sólo así podremos dar sentido y significado a nuestra tarea, a nuestra actuación en el contexto escolar.
